Casación rechazó los recursos y el empresario Bioletti sería detenido

23/08/2016

Juan Cruz Varela Sabía Vicente Jesús Bioletti, el empresario del transporte, con título de contador público y próspero productor agropecuario, que tarde o temprano iba a llegar el momento, y que la cárcel era una opción. Hace unos días, la Cámara Federal de Casación Penal rechazó la apelación presentada por sus abogados y confirmó la


Juan Cruz Varela

Sabía Vicente Jesús Bioletti, el empresario del transporte, con título de contador público y próspero productor agropecuario, que tarde o temprano iba a llegar el momento, y que la cárcel era una opción. Hace unos días, la Cámara Federal de Casación Penal rechazó la apelación presentada por sus abogados y confirmó la condena a seis años de prisión por haber prestado un campo para instalar un laboratorio clandestino de cocaína.

Bioletti deberá cumplir una condena de seis años de prisión por la facilitación del lugar donde se montó una cocina de cocaína. El sitio es una casa-quinta de su propiedad ubicada en la zona del Acceso Norte de Paraná. Allí se encontraron 26,7 kilos de clorhidrato de cocaína y 3,5 kilos de pasta base de cocaína, 134 kilos de material de corte (creatina, lactosa, dipirona, manitol) y 80 litros de acetona; además de la infraestructura montada para la producción de estupefacientes: un quemador industrial, lámparas infrarrojas, coladores, espátulas, moldes, bolsas de nylon, guantes, barbijos, cintas de embalar y balanzas, entre otros elementos.

El hallazgo de la cocina de cocaína fue obra de la casualidad.

El 8 de agosto de 2011, temprano por la mañana, se precipitó a tierra y se incineró completamente una aeronave en el campo de Bioletti. Buscando restos de la avioneta, un policía se tropezó con un pozo abierto y sin tapa, al lado de la precaria construcción. Allí había varios bultos, envueltos en bolsas de consorcio color negro, sujetos con cinta de embalar, y una botella de acetona. Entonces, policías de la Dirección Toxicología decidieron montar una vigilancia en la zona. Durante dos noches, los agentes apostados en las inmediaciones del campo vieron desfilar a varias personas, yendo desde la tapera hasta el casco principal, con linternas, trasladando bultos.

Al tercer día, el 10 de agosto, allanaron la estancia y dieron con la más importante cocina de cocaína que se haya descubierto en la provincia.

Además de Bioletti, fueron condenados José Roberto Sterz, alias El Viejo, a diez años de prisión, como cabecilla de la organización y encargado de la fabricación del estupefaciente; y Ramón Ángel Palavecino, el cuidador del campo, a quien se le atribuyó el mismo delito que Bioletti pero como partícipe secundario, por lo que recibió una pena de tres años de prisión condicional. El año pasado también fue condenado Claudio Pascual Luna, lugarteniente de Sterz, a diez años de cárcel.

Sin embargo, desde que se bajó el martillo, la causa tuvo un sinuoso camino en la burocracia judicial: primero, el 11 de diciembre de 2014, el tribunal de casación confirmó las condenas, pero ordenó revisar las penas por considerar que los magistrados del juicio no habían hecho una fundamentación de cómo llegaron a esos montos; después, el 5 de mayo de 2015, jueces ad-hoc dictaron una nueva sentencia en la cual impusieron las mismas penas, aunque dieron otros argumentos, que también fueron cuestionados por los defensores. Así se llegó a esta sentencia definitiva –aunque los defensores pueden recurrir ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación–.

El paso siguiente tiene que darlo el Tribunal Oral Federal de Paraná: una vez que reciba la notificación del fallo, debería disponer la detención de Bioletti, algo que podría ocurrir en los próximos días.

La única buena noticia para Bioletti –y también para Sterz– es que el tribunal de casación consideró “un exceso” que como pena accesoria a la prisión se les haya impuesto una inhabilitación absoluta para ejercer el comercio.

En cuanto a Sterz, permanece detenido desde el 22 de abril de 2013, fecha en que fue condenado; también Luna está en prisión. Palavecino, por su parte, recibió una pena de prisión condicional que ya venció.

Bioletti, el facilitador

El fallo de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, que integran los jueces Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David, está fechado el 19 de agosto pasado. En definitiva los magistrados terminaron ratificando los términos de las dos sentencias, en cuanto a las condenas y las penas impuestas.

Para la jueza Ledesma, la sentencia del tribunal ad-hoc “luce adecuadamente fundada”; mientras que Slokar sostuvo que el fallo “ha sido sustentado razonablemente y no se advierte desproporción ni falta de fundamentación” en las penas impuestas, en respuesta a los planteos defensistas.

Los defensores de Bioletti cuestionaron que el tribunal ad-hoc graduara la pena que le impuso en función del delito de fabricación de estupefacientes y no de la facilitación del lugar para esa fabricación. Sin embargo, la jueza Ledesma, cuyo voto encabeza el fallo, replicó que “a Bioletti no se le atribuye la facilitación de una fabricación de estupefacientes ideal o abstracta, sino concreta y específicamente la que realizaba Sterz; y, por el contrario, se estaría aplicando una pena grave o irracional si no se tuviera como principal referencia lo facilitado”. Ante ese razonamiento, por el cual el tribunal decidió apartarse del mínimo que prevé el Código Penal para ese delito, de tres años, e imponer el doble, la magistrada consideró que “la explicación luce razonable y se adecua a las circunstancias del caso concreto”.

En ese sentido, la jueza Ledesma apuntó además que “los magistrados (de juicio) analizaron las circunstancias del hecho, específicamente la cantidad de sustancia estupefaciente hallada dentro del campo de su propiedad, donde se encontró picadura de cannabis sativa y una importante cantidad de plantas de la misma especie vegetal (…) Se evaluó el modo en que se encontraba esa sustancia: espátulas, ollas, mesas (todos con restos de cocaína), la instalación eléctrica con gran cantidad de luces que se utilizan para acelerar el proceso de secado de la sustancia, creatina, lactosa, dipirona, manitol y transcinnamoilcocaína, prensas y cintas adhesivas para embalar color marrón y la gravedad del peligro causado con la fabricación de esa sustancia”, en consonancia con los argumentos que había expuesto en el juicio el fiscal José Ignacio Candioti.

Otro agravante que tuvo en cuenta el tribunal a la hora de imponer una pena por encima del mínimo fue “el peligro causado con el hecho”, es decir, el peligro potencial que implicaría para la salud pública poner en circulación semejante cantidad de cocaína.

El tribunal que revisó la condena resaltó también que Bioletti es un profesional, con “una situación patrimonial estable”, con buenas rentas por su actividad como productor agropecuario y que por esas circunstancias “inevitablemente” debió tener “una mayor comprensión de lo ilícito y por ende un mayor deber de abstención”. Por eso también debía recibir una pena por encima del mínimo.

Fuente: El Diario.